El arte tiene que seguir buscando otra realidad: Miguel Mancillas
Grupo Milenio.
Ciudad de México • Antares no sólo es una estrella opuesta al planeta Marte y la más brillante de la constelación de Escorpio, también es una compañía de danza contemporánea de Hermosillo, Sonora, que cumple 25 años de haberse creado y que, a lo largo de estos cinco lustros, ha sido pilar en el desarrollo de esta disciplina en México.
Para celebrar este quinto lustro se presentarán en el Palacio de Bellas Artes el 24 de agosto a las 20:00 horas con la coreografía Que no descubran tu nombre. El montaje es una visión moderna sobre el tema que plantea Romeo y Julieta de William Shakespeare. “Esta obra muestra la rebeldía de los jóvenes ante las imposiciones sociales y familiares. En la actualidad esa rebeldía sigue vigente. Lo veo a diario con los jóvenes que convivo, quienes asumen riesgos para hacer lo que más desean”, dice Miguel Mancilla, director de la compañía.
El bailarín y coreógrafo explica que decidió crear esta obra para analizar la respuesta del ser humano cuando se le prohíbe hacer algo y cómo surge en cada persona un álter ego que lo convierte en animal para lograr lo que desea. En el proceso de improvisación y de trabajo con los intérpretes de la compañía se dio cuenta que lo que en realidad estaba apareciendo era la historia de Romeo y Julieta.
“En esto influyó la edad de los muchachos y las lecturas que estábamos haciendo en ese momento de Peter Brook y sus reflexiones sobre William Shakespeare. De pronto me di cuenta que era inevitable caer en el tema que propone Romeo y Julieta y no lo quise evadir”, comenta en entrevista.
“Con un ojo más analítico sobre lo que podía trabajar en esta obra, hice una coreografía que habla del amor, el deseo, el arrebato y de las ganas que a veces uno quisiera sentir en una relación para que las cosas funcionaran, también de cómo puedes tener la capacidad de destruir lo amado”, menciona.
Miguel Mancilla pertenece a una generación de bailarines y coreógrafos que crecieron en un importante movimiento de danza contemporánea en México, en el cual se destacan figuras como Claudia Lavista, Cecilia Lugo, Leticia Alvarado, Adriana Castaño y José Rivera, entre otros, que han marcado una línea de trabajo en el país.
Por ello, para él hablar del lugar que debe tomar la danza contemporánea en las artes escénicas nacionales es referirse a un fenómeno que no tiene una definición específica. “La característica de esta disciplina es que cada grupo ha definido cómo mover los cuerpos, cómo poner el escenario, qué imágenes y elementos colocar en el escenario para darle personalidad a su montaje”.
De pronto a la gente le cuesta trabajo ver danza contemporánea porque cada grupo es un brinco a algo nuevo. El futuro de esta disciplina tendría que estar vinculado a la respuesta directa de la necesidad del creador hacia el exterior, es decir hacia lo que proyecta al público y la razón de convocar a los espectadores; que no ganen ni la banalidad ni la moda para definir lo que realmente está en el escenario y las necesidades del artista, destaca Mancilla.
Entre arte y entretenimiento hay una diferencia: el arte tiene que seguir buscando otra realidad aparte de la que existe, afirma el director de Antares. Esa es la tarea. Muchas generaciones de bailarines han desaparecido en el intento, otras han permanecido, otras permanecerán; pero esto es parte de la selección que sucede en lo contemporáneo.
Para Mancilla cumplir 25 años representa una gran felicidad, pues le parece contradictorio que un grupo en provincia sobreviva tantos años. Sin embargo, asegura que ha valido la pena pasar cada una de las dificultades a las que se han enfrentado, por los resultados obtenidos.
“En la actualidad tenemos consolidado un proyecto académico en Sonora que se llama Núcleo Antares, tiene ocho años de existencia y en este momento hay 30 alumnos. La propuesta responde a la idea original de la compañía, aquella que sostiene que vale la pena dedicarse a la danza y responder a las acciones desde lo emocional y lo físico”.
Algo de historia
En 1987, Miguel Mancilla, Adriana Castaño, Isabel Romero y David Barrón crean la compañía.
En 1988 ganan el Premio Nacional de Danza y en 1990 los invitan a hacer su primera gira internacional en la India.
En 1994 se separaron los fundadores de la compañía y, salvo Mancilla, cada uno inició un proyecto diferente.