Noche de expectativa, el estreno de Antares, la fila para entrar llegó afuera del centro cultural; el público que los sigue es muy diverso y entusiasta. Por lo que aprecio dan por hecho que verán algo que les gustará, saben qué esperar de los movimientos de bailarines muy virtuosos, dirigidos para interpretar la coreografía que en esta ocasión es un drama basado en la muy popular obra de Shakespeare "Romeo y Julieta". Difícil, qué atrevimiento del director de Antares, de aventurarse con una versión de algo así que fácilmente puede voltearse en su contra, pero no fue el caso. Una puesta un poco pasada de duración, pero completamente mancillesca (válgase el término).
Vi una coreografía muy cinematográfica, que me regala imágenes de un Renacimiento futurista incluso en el vestuario. El coreógrafo maneja el drama y conflicto como en un juego de ajedrez, en el que cada personaje mueve sus piezas (unos muñecos pequeños que sirven como representación de la posición en que cada personaje se encuentra según el desarrollo de la historia).
Es una delicia la dirección de Mancillas, ha modelado el movimiento y expresión de sus bailarines; cada uno tiene un carácter dancístico distinto en la compañía. Aprovecho para resaltar el trabajo de Tania Alday como una brillante ejecutante, por su talento y capacidad para volar.
Ivonne Ortiz, ilumina esta pieza de una manera dramática, es detallista, muy en sintonía con el tema y discurso del creador. Como en los últimos años un trabajo impecable; en resumen, el público recibió con un aplauso de pie lo que esperaba.