Tres obras, dos compañías Escenalborde y Foco alAire
"Irregularidades aparentes"
Iván Sánchez Ramírez, vino de Valparaíso, Chile, al desierto sonorense entre otras cosas para presentar un solo en el que se encuentra acompañado de una silla de un rojo que le otorga vida, tanto, como para ser la compañera de baile. La acción comienza con Iván pegado a la pared, explorando y sintiendo de las texturas de los muros que le rodean. En el programa de mano, se puede leer que se inspiró en "Los Cristales" de Italo Calvino, probablemente por eso en un principio vemos a un individuo desorientado ante el desorden del mundo, la imperfección de un proceso no terminado, carente de la belleza de los cristales.
No estoy segura de si quisiéramos vivir dentro de una esfera de cristal, en donde el proceso amoroso fuera a fundirse en un nuevo cristal y permanecer así hasta la eternidad. Lo que sí es verdad, es que Iván Sánchez se revela ante esta perfección con el movimiento, pero también supone que con una fotografía tomada por el público, podrá alcanzar esa eterna existencia que lo salve del caótico e imperfecto mundo en el que vive.
Este intérprete es un bailarín de movimientos concentrados en desplazamientos cortos, controlado y extremadamente comunicativo; sin duda, baila para hablar con el cuerpo.
"Tempestad"
Rocío Rivera Marchevsky, pertenece también al grupo Escenalborde, y nos presenta una obra sumamente personal, en la que explora el movimiento. Es una bailarina distinta a Sánchez, no diré que es menos expresiva, pero sí de distinta manera, la comunicación no tiene que ver con el temperamento, sino con un cuerpo más generoso para la danza.
La particularidad de “Tempestad”, es que la obra no interviene el espacio; aquí, el espacio y los estímulos sonoros intervienen al cuerpo que responde de una manera artística al medio. Esta respuesta artística se da gracias a un ejercicio que quiero pensar va más allá del movimiento, hablo de explorar las reacciones que viene directamente del sistema neurológico al locomotor.
Con todo este trabajo detrás la bailarina transita un espacio, al que interviene con su cuerpo intervenido.
"Idea de una pasión"
"Idea de una pasión" es una obra que para estas fechas ha alcanzado la madurez, tanto en el aspecto de producción, por la característica de amor a los detalles que tienen sus codirectores Octavio Zeivy y Marcela Sánchez Mota, como por la adjudicación de personajes por parte de sus intérpretes.
Ahora, "Idea de una pasión" como la obra pictórica de Guillermo Kuitca (que inspiró esta pieza), fue para estos coreógrafos un instante perfecto para darle varios desenlaces, es un hecho dancístico que me remite al cine, como a "Corre Lola corre" o el "Efecto mariposa". ¡Claro!, la obra de Sánchez Mota y Zeivy, se caracteriza por un efectivo humor negro.
La innovación de esta puesta en escena es la introducción de la disciplina de la máscara, lo que ha polemizado mucho acerca de si es danza contemporánea o pertenece al teatro. La apreciación de la que escribe es que es un hecho escénico perfectamente coreografiado con cuerpos entrenados que danzan. Esta es mi manera de decir que es una pieza de danza-teatro hecha por profesionales de la danza.
Otro punto de innovación en esta obra es la iluminación. Foco alAire ha explorado en el mundo de la iluminación hasta llegar a la casi independencia de la luminotecnia del teatro; es claro que genera ambientes muy particulares en la escena.
La compañía utiliza recursos poco convencionales, de luz, de multidisciplina, y de dirección de escena, si lo vemos desde el punto de vista de la danza tradicional. Pero su función el día de hoy, es dar un espectáculo de nivel y seguir creando polémica.