Quiero persuadir a una persona o al gobierno para salvar el cine Ópera
Michael Nyman ofrecerá un concierto de piano solo en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris
ARTISTA. El próximo 25 de agosto, Nyman ofrecerá un concierto de piano en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris. En la imagen, el cineasta posa junto a las fotos que integrarán la muestra sobre el cine Ópera (Foto: LUCÍA GODÍNEZ EL UNIVERSAL ) Aunque se pasa la vida viajando por el mundo, Michael Nyman (Stratford, Londres, 1944) tiene a la ciudad de México como centro de operaciones desde hace más de dos años. Él es autor del soundtrack del filme El piano (Jane Campion, 1993) y de varias cintas de Peter Greenaway, entre ellas El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante (1989). También ha compuesto las óperas Facing Goya y El hombre que confundió a su esposa con un sombrero, entre otras. El 25 de agosto próximo, Nyman ofrecerá un concierto de piano solo en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris. Un día antes, en el Museo Universitario del Chopo, inaugurará su exposición fotográfica Cine Ópera, con imágenes fijas del inmueble en ruinas, ubicado en Serapio Rendón, colonia Santa María la Ribera, y además se proyectará el cortometraje del mismo nombre, que él realizó en ese espacio, musicalizado con su Tercer cuarteto de cuerdas. ¿Es cosa del destino o una casualidad que en México exista un cine llamado Ópera y que un músico inglés, a quien le apasiona la ópera, realice un proyecto fotográfico y fílmico acerca de ese espacio arquitectónico? Hay una cadena de accidentes para que yo llegue ahí, y como fotógrafo y cineasta me vuelvo loco; fue como si hubiera caído una bomba. Cuando salí por primera vez, me hice la misma pregunta. Toda mi música es operática en la forma en que está concebida y presentada. En este caso, mi propósito es persuadir a una persona o al gobierno para salvar el edificio. ¿Está enterado de que el cine Teresa se acaba de convertir en un centro comercial? Sí, estoy enterado de que era un cine y que en su última época proyectó películas pornográficas, pero seguía siendo un cine. En la ciudad de México ya hay suficientes lugares para vender y comprar cosas; lo último que se necesita aquí es otro pinche mall. ¿En Inglaterra también están desapareciendo cines antiguos y bellos? Sí, por supuesto. Había un cine en St Martin’s Lane, cerca de la English National Opera, en Londres, y se convirtió en un pequeño hotel de lujo. Es una destrucción de la cultura, algo que ha sucedido en Inglaterra durante 200 años. Es un privilegio estar en México y poder hacer algo por esta ciudad, aunque no sé si sea demasiado tarde. Usted se presentará el 25 de agosto en el Teatro de la Ciudad, que es un buen ejemplo de remodelación pagada con dinero público. ¿Le gusta ese edificio? Sí, claro, aunque me parece muy pequeño el foyer. Un concierto también es un evento social y por eso se requiere de un espacio para que la gente conviva. Las ciudades requieren de apropiados lugares, grandes y pequeños, y hay que preservarlos. Seguramente la acústica del Teatro de la Ciudad no es tan buena como la Sala Nezahualcóyotl, ¿verdad? En el Teatro de la Ciudad estuve como espectador de un concierto de jazz, pero no podré hablar de la acústica sino hasta que esté en el escenario frente al piano. En la Sala Nezahualcóyotl toqué dos veces, la primera en un nuevo, duro e insensible Steinway; quería domarlo como a un caballo. El siguiente concierto lo hice con un buen piano maduro. ¿El programa del concierto en el Teatro de la Ciudad será el mismo que dio en la Sala Nezahualcóyotl? Será similar, aunque tal vez meta más cine y sea más largo. ¿El plan de hacer una ópera sobre Tina Modotti ha avanzado o sigue en un cajón? No he avanzado porque es un tema demasiado grande. La historia de Tina es perfecta para la ópera; si la hago y digo que todo es verdad, la gente pensará que no es cierto. Hay gran diversidad de temas: su increíble vida, sus amigos, Frida y Diego, su época... En el siglo XXI yo he decidido vivir en México, pero si me dieran a escoger cualquier época, no quisiera estar con los aztecas sino en los años 20 de la ciudad de México. No sé si algún día haré esa ópera, pero si alguien de Bellas Artes dice: “sí, queremos que Michael Nyman la escriba”, entonces lo haré. ¿Qué le parece la idea de ver en vivo óperas del Met de Nueva York en cines y teatros de todo el mundo? Como crítico musical escribí de todo, desde Monteverdi a los Monkees, pero mi mundo es la música clásica. Me hace feliz cuando la gente va al cine a ver ópera en vez de a Queen. Como compositor de ópera, pienso: ay, otra ópera de un compositor muerto, malo o bueno, en vez de invertir en algo nuevo y en alguien vivo. ¿Por qué nunca ha sido montada una ópera suya en México? Por varias razones. Mis óperas son de cámara, y no sé si hay un mercado para eso aquí. Soy bien conocido y amado en México por mi música de cine, no por mi música de concierto ni por mis óperas. Lo que sí le puedo adelantar es que mi “Concierto para flauta” se presentará en la Sala Nezahualcóyotl en noviembre. ¿Cuánto cuesta cada una de las 500 copias de su LP en vinil de “Cine Opera”? No sé la respuesta. ¿Le gusta el estilo de Amy Winehouse? Por respeto diré que sí, pero tengo un problema con los cantantes contemporáneos que están creciendo en una cultura pop con apariencia de jazz, y cantando con un acento americano. También tengo un problema con los acontecimientos: era viernes y se anunció la muerte de Amy Winehouse al mismo tiempo que la de los jóvenes en Oslo. En mi facebook expresé que estaba muy enojado con el asesinato de los jóvenes y triste de que Amy esté muerta, pero los 80 jóvenes noruegos no tuvieron la oportunidad de elegir un estilo de vida, cumplir sus sueños como artistas o seres humanos o simplemente tener la opción entre vivir o suicidarse. ¿Le preocupa que la muerte de Michael Nyman será noticia en los periódicos y la televisión? No estaré para ver lo que pasa, no sé qué dirán, pero seguro hablarán de mi música para cine, especialmente la que hice para la película El piano, pero mi música para cine sólo representa el 12 por ciento de mi obra. ¿Puede haber tanta belleza en un libro sobre música como en una partitura? Hay de todo: buena y mala música, buenos y malos libros. Hay mucha música trivial, y un libro puede ser más interesante, provocador, entretenido y duradero. También soy un cineasta, y creo que mis filmes son más interesantes que mi música, aparte de la ópera. Pero, nada tiene más poder que dos minutos de mi música. Dígame tres discos que se llevaría a una isla desierta y por qué. Seguramente, nada mío. Un track instrumental de Duane Eddy, “Because they’re Young”, de 1960 o 1961, cuando yo estaba enamorado de una mujer, pero ella no lo estaba de mí. Un dueto amoroso de La coronación de Poppea, de Monteverdi, una de las más bellas piezas de todos los tiempos. Sensemayá, de Silvestre Revueltas, la primera pieza orquestal mexicana que descubrí y que me ayudó para escribir de una forma diferente. ¿Se ha topado en las calles de la ciudad de México con copias piratas del soundtrack de “El piano”? No las he visto, pero me han dicho que se pueden encontrar. Actualmente, la música está disponible en muchos formatos y puede ser robada. Las lavadoras también están disponibles, pero no puedo robar una lavadora ni tengo el derecho a hacerlo. ¿Mozart es la prueba más contundente de la existencia de Dios? Mi música no es tan buena como la de Mozart, pero también es una prueba de esa existencia.