Boletín ISC No. 126 / 20 de mayo / 2011: Año de Eusebio Francisco Kino
El maestro Bustamante basó su charla en una importantísima obra que ayudó a rescatar y que fue publicada por el Ayuntamiento de Magdalena: el libro El incansable jinete. Eusebio Francisco Kino, el apóstol de los pimas, de Herbert Eugene Bolton, cuya primera edición se realizó en 1940, y reeditada este 2011 en conmemoración del 300 aniversario luctuoso del misionero jesuita.
Eusebio Kino nació en Segno, pueblito cercano a Trento, en el norte de Italia, aunque se desconoce su fecha exacta de nacimiento se sabe que fue bautizado el 10 de agosto de 1645. Tomó la decisión de convertirse en misionero a los 18 años, según él mismo lo refiere en Favores celestiales, debido a una enfermedad que padeció y adoptó el nombre de Francisco en gratitud al santo. “Todos debemos mucho al gloriosísimo y piadosísimo apóstol de las Indias. Yo en particular, le debo, primero mi vida que me la devolvió cuando todos los médicos desesperaban de ella en la ciudad de Hala, en el Tirol, el año de 1663; segundo, mi entrada en la Compañía de Jesús en 1665, y tercero, mi venida a las Misiones”.
El primer campo misional en América fue la Baja California, tierra descubierta por los ayudantes de Hernán Cortés en 1533. Se convenció de que la conquista de la California tendría que esperar y obtuvo permiso para ir a Guaymas, con los seris, pero su destino era la Pimería Alta, a la que llegó en 1687 y que comprendía lo que hoy es el norte de Sonora y sur de Arizona, desde el río Altar, en Sonora, hasta el Gila y desde el río de San Pedro, hasta el golfo de California y Colorado al oeste.
Kino encontró esta región ocupada por las diferentes tribus de los pimas: Los pimas propiamente dichos vivían en los valles de los ríos Gila y Salado; los Sobaypuris, extintos a la fecha, en los valles de San Pedro y Santa Cruz; en cada lado de la frontera se asentaban los Pápagos y al noreste de la línea internacional, a lo largo de los ríos Gila y Colorado en su parte inferior, había tribus yumas, cocomaricopas, cocopas y quiquimas.
A Kino se debe la detallada exploración y el mapa exacto de toda la Pimería Alta, nombre que entonces se daba al sur de Arizona y norte de Sonora. Durante sus 24 años en estas tierras, de 1637 a 1711, fundó más de 20 misiones e hizo más de cincuenta expediciones, a distancias que variaban entre cien y casi mil millas; todas fueron hechas a silla de caballo.
Cruzó y volvió a cruzar en diferentes sentidos las doscientas millas de desiertos que hay entre los ríos Magdalena y el Gila, y las doscientas cincuenta entre el San Pedro y el Colorado.
Kino no sólo fue el primer gran misionero, ganadero, explorador y geógrafo de la Pimería Alta; su obra escrita, un diario, tres relaciones, dos o tres cartas y un mapa famoso, son documentos históricos de valor incalculable. Sus restos se descubrieron en la Iglesia de Santa María de Magdalena de esta población, el 19 de mayo de 1966.