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Boletín ISC No. 265  / 26 de octubre / 2013: Año de la salud, educación y deporte

Juan Manz, poema de raíz

Presiento que ya vienes
reconozco este aire
que se agita
a cada exhalación tuya

Lo puedo adivinar
por el olor que transporas
como si fuera tu modo
de rezumar el alma
(Juan Manz, Trashumo de mirada)

 

Carlos Sánchez
Las palabras se convierten en cincel. Esculpen la vida. Auscultan el origen, la raíz.
Así, los versos contenidos en esos muchos libros, incluso algunos traducidos a diversos idiomas, escritos desde su pensamiento. Juan Manz Alaniz hoy es reconocido en Feria del Libro Hermosillo 2013; y la edición de su poemario Trashumo de mirada, un reconocimiento también que el poeta celebra.
En la Feria del Libro, hay un stand donde la obra de Manz se hace presente; además, está la sugerencia de ese espacio donde el aeda construye sus versos. Una máquina de escribir es vestigio de lo que es la vocación, lo que se ama. Allí, en torno a fotografías que son memoria, conversamos con el poeta:
--Esta noche recibes un reconocimiento, a la persona, a la poesía, al trabajo, ¿cómo lo tomas?
--Es un reconocimiento a todo el trabajo que hemos hecho, no nada más yo, en mi equipo; y también por mi trabajo literario y de promoción cultural durante tantos años. Son treinta años, aunque los más intensos han sido los últimos veinte, con encuentros literarios, el trabajo en las escuelas de fomento a la lectura, la cultura del libro, con los niños, en todos los niveles de escuelas, inclusive en los CERESOS.
--En tu poesía habita el arraigo, la tierra, la raíz, incluso en “Padre viejo (itom áchai), está la deferencia e inclusión de la lengua yaqui. Cuéntanos sobre esa proclividad tuya para hablar de la raíz, el origen.
--Siempre está en mi obra, no sólo en la que hablo directamente del valle del yaqui, como en Balada de tierra adentro; Sonata de tierra adentro, que son sonetos dedicados al valle del yaqui. “Padre viejo” es un poema para mí muy especial porque exalta las raíces de nuestra etnia yaqui, entonces para mí esto fue una inspiración muy grande. Yo traía guardado el tema desde la niñez, siempre estuvo latente, porque mis padres me llevaban en Semana Santa, durante esa época se realiza el ritual más importante de los yaquis, y me llevaban a Loma de Guamúchil (comunidad yaqui), a ver las ceremonias; todo eso se me quedó guardado, y en un momento afloró. Quería yo escribir un poema de tres, cuatro cuartillas, que englobara lo que es el simbolismo de la Danza del Venado, junto con su indumentaria, todo lo que usa el danzante, pero dio para más, porque me enamoré de la cultura, empecé a visitar más los pueblos yaquis, a ir a su lugar en los días de rituales, de los santos patronos, en Semana Santa, y esto dio para ese libro donde, incluso, uso palabras y estribillos en lengua cahíta.
--En este reconocimiento, el Instituto Sonorense de Cultura publica tu poemario Trashumo de mirada, ¿qué te significa?
--Así como lo dije en mi discurso de agradecimiento, esta publicación me significa un doble honor; estoy honrado de estar con ustedes. Es un honor la publicación de este libro que era inédito, que estaba en espera de publicarse, y es un libro que no pierde vigencia porque es un tema universal, existencial. Este libro toca la religión, son tres poemas largos donde la figura central es el Rey David; este tema vino a raíz de que yo visité Florencia y vi la fabulosa y magnífica obra de Miguel Ángel, allí empezó todo. De las formas perfectas, no sólo de la poesía, sino de la figura humana, que inspiran tanto. Este poemario se divide en tres partes, el segundo poema es el Rey David ya viejo, confesándose; él que fue un hombre común dentro de su grandeza, desmitificando al Rey David que se le alaba tanto y de quien su principal virtud fue unir a todos los pueblos de Israel que estaban dispersos y, claro, fue un gran rey pero también cometió sus errores como todos los humanos y está confesándose, hablándole a Dios.
Y en el último poema, en retrospectiva, está el Rey David, adolescente, que va y se despide de la aldea, y es este poema el que conmueve más, aquí es donde cuestiona la fe, algo que todos hemos cuestionado, y el que diga que no, está mintiendo, sea o no religioso, o sacerdote, pero siempre triunfa la esperanza, el amor, en casi todos mis libros es así. Y es una esperanza, porque cuando estamos jóvenes tenemos la ilusión, el ideal, y eso no debe de morir, tenemos que mantenernos jóvenes siempre.